martes, 24 de julio de 2007

La Fuga


- Estoy algo dormida- dijo mientras bostezaba aburrida de la misma realidad una gota de agua metálica suena en la bacha de la pileta tic tac ad eternum en off tras las palabras el chillido de la ventana anuncia el viento que se desprende de la tormenta que se avecina los detalles del ruido ni siquiera pueden con la quietud y el silencio matutino, mira por la ventana de una ciudad en sueño aún y bosteza.

-No hay nada para hacer-pensó casi en vos alta mientras se ponía los pantalones en forma mentalmente masculina "no desearás a la mujer propia" los pasos rechinaban en el parquet como puestos a propósito para notar que no había nada para hacer que no había actividad que no había deseo que no había existencia no tuvo más remedio que descansar (o eso pensó) en el sillón como medio estirado con la cabeza en el apoyabrazo floreado de un tapiz estilo barroco... y ahí permaneció acostado como esas modelos rechonchas del arte renacentista con lebe diferencia genética.

-No recuerdo que soñé anoche- pronunció ella mirándo el estampado horrorozo del sillón y como cortinas viejas pestañó no se había lavado la cara las lagañas se le veían ya no le importaban un signo más de los años y de la inexistencia de los puentes y causas.

- Si me preguntás en qúe pienso no podría explicártelo- desde el sillón no podía explicárselo porque no pensaba en nada corría con la vista perseguía el recorrido de la mosca que entraba por una de las ventanitas redondas de la galería ahullentada por las primeras gotas que lentamente soltaba el cielo opaco de miradas como las de ella.

-¿ Siempre tuvimos ese cuadro de payasos tristes?- admirada por la nueva decoración que creyó ver paredes siempre iguales que rodeaban bordeban la vida en una atmosfera absurda sin matices alteradores de emoción y endorfina no creyó en nada nuevo y así como habia tomado la palabra arrepentida la dejo junto con la taza del desayuno sobre la mesada.

-No puedo darme el lujo de aburrirme, soy feliz-pensó mientras estiraba las dos piernas a lo largo del sillón y se tocaba el pelo eternamente aburrido de estar de estar postrado en el sillón en esta casa en esa ciudad en este suelo pero ya no tenía a dónde ir la juventud lo había abandonado sublime hacia nuevas miradas hacia nuevos espíritus ahora deshechos.

-Voy a ir a costarme al lado tuyo-. Les costaba respirar y en ellos no se veían signos vitales (deseaba desear) (?) pero ya no disfrutaban la mutua compañía acompañante la inexistencia los había dormido en un sueño ensueño profundo de días como esos siempre siembra de mañanas de verano con lluvia caliente donde no se presentaban más que sus cuerpos casi quietos a la distancia palabras sueltas desvinculadas de actos desinteresados en la casa que creían ver les pertenecían tanto que se metamorfoseaban con ella siendo un reflejo del espejo estatico que los unia desunia eran ellos mismos sin cambio sin color gris sin emoción sin elección sin vida en una vida para siempre juntos.

1 comentario:

Serj Alexander Iturbe dijo...

Ovación cerrada y de pie!