miércoles, 10 de octubre de 2007

De máscaras y disfraces

"Me falta el aire... me falta el aire que te sobra en un sobre sin remitente
No puedo respirar en medio de tanta libertad y un alma que no se conforma ni se reconcilia
con nada ni serpientes"

Entró y solo la vio acostada sobre la cama rodeando al gato estaba decidida en una especie de comodidad felina sobre las sábanas.
Los días son tan cortos como largos son los edificios que conforma nuestra ciudad.
No hay caminos posibles que tengan el mismo final.
Despierta como de un mal sueño y ahí está... de frente, ella mira como duermes y sin querer sueñas con ella de frente.
Reitera reitera el mismo amor
que te hace gritar en medio de la noche
que descansa silenciosa.
¡Grita grita que nadie te oye!
Y de vez en cuando el color de sus uñas van con su ánimo y sus ganas de ver la vida.
No podrás esconderte de sus manos aunque quisieras... ella alcanza a tocar todo
hasta lo que ignoras y no puedes olvidar.
Sabe que te escondes dejando de respirar para que no te delates como aquellos corazones
que se delatan solos.
Y no estás en paz queriendo despegar, echar alas al mismo viento del mar... tan olvidado.
Conoce todos tus trucos para safar al mal...
ese mal que te ahoga tapándote la boca con estrellas y satélites de diamantes preciosos.
Aveces cuando parpadeas ella da una seca de tabaco puro y ríe
y ríes creyendo descifrar.
En otras noches consigues que se vista solo para vos.
Últimamente el sol también brilla a la una y media de la tarde
cuando las siestas comienzan a ser las horas preferidas del tiempo que se pierde.
Ten miedo, teme por tu vida
¿quién sabe dónde termina el uno y comienza el otro?

1 comentario:

Damned Poet dijo...

Qué temibles posibilidades las de ella, quien en cómoda actitud felina, puede pegar el zarpazo en el momento justo, y dejar reducidos a jirones los inocentes géneros del límite y fin.
Hold yourself, Catalin!